Éxito de la séptima edición del Festival de música 775 de Vilafranca

Quien amores tiene... a Vilafranca
Quien amores tiene... a Vilafranca

Como cada primer fin de semana de agosto desde hace 7 años, Vilafranca inauguraba el viernes una nueva edición del Festival de música 775, de nuevo bajo la dirección musical de Pere Joan Carrascosa. La programación de la edición de este año, no obstante, se ha visto modificada por la crisis sanitaria. Los emplazamientos emblemáticos a que los que estaba acostumbrado el público se han sustituido por la plaza Don Blasco, lugar donde se han concentrado los tres conciertos programados. Como siempre, sillas separadas adecuadamente para guardar la distancia de seguridad, gel hidroalcohólico en la entrada y control de aforo, elementos habituales ya en esta nueva normalidad.

El festival se inauguraba con la actuación del Cor de la Generalitat y la formación Harmonia del Parnàs y bajo la dirección musical de Marian Rosa Montagut. El espectáculo llevaba por título “Quien amores tiene…” y conmemoró el quinto centenario de la primera vuelta al mundo con una muestra significativa de la música que sonaba en los tiempos en que el navegante Magallanes, con la financiación de la corona española, realizó la primera cinrcunnavegació a la tierra de la historia.

La propuesta incluía también la participación del actor Alberto Baño que interpretaba un papel trobadoresco con textos introductorios y a menudo interactuando con las sopranos del coro. El hilo conductor del recital: el amor, argumento universal por excelencia.

El sábado llegaba la actuación del grupo barroco Euskal Barrokensemble, una formación integrada por cinco músicos que interpretan música original barroca con los instrumentos propios de la época. El grupo está capitaneado por Enrique Solinís, músico y musicólogo entendido y experimentado en música antigua.

La plaza Don Blasco se convirtió por unas horas en un aposento de un palacio del siglo XVII o XVIII. El músico barroco, a partir de unas directrices del compositor hace música y le da un carácter propio, no es un mero transmisor de unas melodías concebidas por el compositor.

El sabor del público al final del concierto fue muy dulce y la música barroca dio paso a los aplausos desatados y los bravos de toda la platea.

El domingo llegaba la actuación de Andreu Valor, quien aterrizaba por primera vez en Vilafranca para presentar su último disco publicado en febrero, Insurrecte. Se trata del octavo trabajo del cantautor de Cocentaina.

Valor es actualmente uno de los cantautores más prolíficos y activos de la escena musical valenciana. En este nuevo trabajo no pierde la esencia intimista, personal, próxima y honesta que define a la perfección al artista. Pero llegan nuevas sonoridades y texturas electrónicas que renuevan las propuestas a las que tenía acostumbrados el cantautor a sus seguidores, inspiradas en la tradición musical nórdica y con una puesta en escena luminosa, a la vez que transgresora y ecléctica.

Al recital no faltó tampoco la canción “Açò passarà”, un tema surgido del confinamiento y con el que Valor busca el lado más positivo de la pandemia y de la situación que hemos vivido los últimos meses y que todavía arrastramos.

La atípica séptima edición del festival 775 se cerraba con la actuación de Andreu Valor. Una edición que ha sufrido muchas dificultades pero que a pesar de las limitaciones, ha disfrutado de una calidad y variedad musical nada envidiable a la de otros años. Una programación que ha sido recompensada de manera positiva por un público respetuoso y entregado. Cerrada esta edición ya empieza a hornearse la del 2021 que a buen seguro llegará con propuestas muy interesantes y de gran calidad.