La segunda edición del festival Xilòfag rinde homenaje al oficio de masovero a través de la novela ‘El guardià de les trufes’, de Fèlix Edo

Festival Xilòfag
Festival Xilòfag

Los actos culturales del fin de semana se han centrado en el festival gastroliterario Xilòfag. Después de dos años de pandemia, la población vilafranquina disfrutaba de la segunda edición festival. El libro escogido este año, alrededor del cual gravitaba todo, fue El guardià de les trufes, del vilafranquino Fèlix Edo Tena.

El viernes se organizó en la Biblioteca Matilde Escuder un taller de castañuelas dirigido a los más pequeños. A continuación se proyectaba en la casa social el documental de Televisión de Cataluña Despoblats.

Los actos del sábado arrancaban con una exposición en la calle Mayor, en la antigua tienda de Esteban Monfort y Lola Vicente. Esta recogía los libros escritos o ilustrados por vilafranquinos y vilafranquinas. El acto de inauguración empezó con el agradecimiento a todas las personas que habían colaborado llenando las vitrinas con libros y objetos.

A continuación, el club de lectura se reunía en la Biblioteca Municipal para debatir con Fèlix Edo todo aquello relacionado con la novela. El guardià de les trufes habla sobre el devenir del masovero a lo largo del siglo XX desde tres generaciones diferentes y el festival llega en un momento de incertidumbre mundial que hace replantearse este oficio en extinción.

La actividad continuaba por la tarde, pese a la amenaza de la lluvia, con una performance al Reloj, siguiendo el hilo de la 1ª edición. Se leyeron diferentes fragmentos del libro anfitrión, así como textos de los célebres Cavanilles y Espinàs sobre Vilafranca. Intercalando los textos, el grupo de música local, creado para la ocasión “A la vora del foc”, ofreció varias piezas de la tradición oral para aportar la vertiente musical.

Todo ello danzaba alrededor de la construcción de una pared de piedra en seco, técnica constructiva indisociable del oficio de masovero. La pared se iba erigiendo a ritmo de música y texto.

La nueva construcción que presidirá la avenida Llosar, es obra de Eladio y Adrian Olcina y de Víctor Barreda, y contó con la colaboración artística de Àlex Camañes. Además, durante la performance, la pared fue rematada por los jóvenes voluntarios del taller de la piedra en seco, dirigidos por Javier Deusdad.

En consonancia con los actos, tanto el viernes como el sábado tenía lugar la cena literaria. Este es un obligado del festival. Por este motivo, el restaurante l’Escudella se encargó de orquestar una comida literaria alrededor de la novela.

La vertiente deportiva del festival se acontecía el domingo, con un paseo desde las Cuevas de Forcall hasta el portalet de Santo Roc. Allí, se inauguró una segunda exposición. Una retrospectiva, a lo largo de las calles Santo Roc, Mayor y la plaza de Don Blasco de todos los comercios existentes durante la primera mitad del siglo XX en Vilafranca.