Balsas bebedero.
Los
socios de “La Villafranquina” salen al campo para realizar una mejora del
hábitat, aumentando el número de bebederos para la fauna. El objetivo de la
realización de estas balsas es el evitar que la fauna no disponga de agua y el
disminuir la predación al aumentar los puntos de agua.
Para disponer
de un mayor número de oportunidades de caza, la mejor estrategia es aumentar la
calidad del hábitat de la fauna. La cantidad y calidad de recursos que el
terreno ofrece a las poblaciones silvestres se asocia con su contribución al
bienestar de la caza menor. Agua, alimento, refugio y terreno tranquilo son
elementos clave para que un hábitat sea de calidad. Todos ellos favorecen que
los animales puedan satisfacer sus necesidades vitales. Así, hacen que la fauna
resuelva con éxito su diario devenir a cielo abierto. Si, además, por su acierto
consiguen mejorar la eficacia biológica de las poblaciones de caza menor,
podemos ver mayor abundancia de fauna salvaje. (Nadal, 2005)
La voluntad del Club de Cazadores “La Villafranquina” es ir mejorando el hábitat
del coto a lo largo de una correcta gestión durante el transcurso de los años.
Se desean recuperar de forma paulatina las zonas perdiceras por excelencia del
término municipal de Villafranca. Para todo ello se está realizando una gestión
enfocada en el aumento de la zona cultivada y la ubicación de forma permanente
de puntos de agua.
En la primavera del 2005 se realizó la construcción de 6 basas de hormigón
armado con lona impermeabilizadota. Las dimensiones de las mismas son
aproximadamente de 2 por 2 metros de superficie y una profundidad de 35
centímetros. Las balsas tienen acceso al agua a pie plano, pues la estructura de
las propias balsas lo permite. Para evitar la utilización ilícita de las mismas,
tras su construcción se procedió al vallado de las mismas con tela metálica
sobre soporte de acero corrugurado.
Los cazadores, intentarán avalar la perpetuidad del agua, así como su salubridad
con la formación de un colectivo de voluntarios que realizarán una vigilancia
continua, tomando datos de campo de los animales avistados en el bebedero,
cantidad de agua de la cual dispone, turbidez, pH y dosis administradas de cloro
(hipoclorito sódico).
En definitiva, los objetivo que se había marcado “la Villafranquina” eran los de
aumentar el número de puntos de agua para la fauna silvestre, el de
restaurar los puntos de agua naturales: manantiales y fuentes. Dicha
actividad se realiza desde antaño con la restauración de fuentes tan
carismáticas como la Font de Gironi, entre otras. La dinámica de la tierra y la
vegetación suelen taponar y hacer inaccesibles para la fauna estos lugares.
Muchos de ellos se han mantenido gracias al trabajo de nuestros abuelos durante
años, sin embargo ahora desaparecen aceleradamente por el abandono paulatino de
las tierras del coto. Y el de facilitar la accesibilidad a la
fauna a los abrevaderos, balsas o cualquier otro tipo de construcción
artificial, ya realizados en campañas anteriores.
El
agua potable da vida al campo.
Por tanto, todos los objetivos debatidos en la junta
extraordinaria del mes de marzo han quedando cumplidos dejando la sensación en
el colectivo de haber echo las cosas bien, acentuándose aun más estos
resultados por la sequía de esta primavera.
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