Vilafranca celebra la fiesta anual del bureo y presenta la nueva asociaciĆ³n

El sĆ”bado se presentaba en sociedad la nueva AsociaciĆ³n Cultural Bureo de Vilafranca. Una agrupaciĆ³n heredera de la antigua formaciĆ³n de bureo Iglesuela-Vilafranca. Este grupo de gente aficionada a la jota y al bureo se han constituido en asociaciĆ³n con sede social, estatutos y junta directiva como tantas otras asociaciones culturales que tiene Vilafranca. Aprovechando la cita anual de bureo que ya se viene haciendo durante varios aƱos en Vilafranca, durante la jornada del sĆ”bado se programaron una serie de actividades alrededor de este fenĆ³meno tan caracterĆ­stico de la cultura popular vilafranquina.

El objetivo principal de esta nueva asociaciĆ³n es dar a conocer el bureo y la jota y transmitirlo a las generaciones mĆ”s jĆ³venes, del mismo modo que se ha ido transmitiendo a lo largo de los siglos. Y es que la jota vilafranquina se caracteriza del resto de bailes de la zona por su pervivencia y mantenimiento en el tiempo, y esto le aporta un valor etnolĆ³gico excepcional. GeneraciĆ³n tras generaciĆ³n se ha sabido enseƱar y aprender, tanto el componente danzante como el musical.

Por la maƱana se presentaba en la Casa Social la nueva asociaciĆ³n y, ademĆ”s, se impartiĆ³ una charla coloquio sobre la jota vilafranquina donde se presentĆ³ un estudio de la folclorista y profesora de la Universidad de Zaragoza, Carolina Ibor, que evidencia que la manera como se baila la jota en Vilafranca es fruto de esta transmisiĆ³n, perdida en otras muchas zonas de AragĆ³n.

A la vez, la versiĆ³n actual de la jota bebe de la confluencia con los bailes de los pueblos de los alrededores y la constante influencia entre las danzas de las tierras vecinas, tanto del Maestrazgo turolense como de las comarcas dels Ports y del Maestrat.

La charla finalizĆ³ con una ronda con baile en la plaza y una comida de sobaquillo en el edificio polivalente. Por la tarde era la hora de bailar. MĆŗsicos a las cuerdas y danzantes con los brazos en alto tocaron y bailaron hasta el agotamiento.

Como siempre, los bureos populares en Vilafranca recogen mĆŗsicos y bailadores locales y tambiĆ©n venidos otros pueblos. SĆ­mbolo que este patrimonio etnolĆ³gico nacido hace siglos en las masĆ­as sigue mĆ”s vivo que nunca.